Los dos primeros lugares que visitamos al día siguiente tienen una cosa en común: son Centros de Peregrinación. Y nos preguntamos si se podría hablar de Turismo religioso en Puerto Rico. La respuesta es afirmativa.
SABANA GRANDE
Por la carretera PR- 2 llegamos a la localidad de Sabana Grande cuyo nombre deriva de la llanura de escasa vegetación donde está situada, según palabra taína. Fundada en 1813, es conocida como “el pueblo de los prodigios” por los numerosos sucesos de carácter misterioso que allí se han sucedido.
En la misma plaza tuvimos ocasión de asistir a una representación en nuestro honor, de las típicas danzas de la zona, «Bomba y Plena«, inspiradas en los bailes de los esclavos negros. Bellos vestidos de colores entre los danzantes y una máscara de demonio espectacular.
Acompañados del párroco, que por cierto había estudiado en Toledo, visitamos la iglesia titular, dedicada a San Isidro y su esposa Santa María de la Cabeza, cuyas imágenes presiden el altar mayor. El templo se remonta a 1864, ofrece una equilibrada fachada neoclásica y una pequeña torre campanario.
La ciudad está muy reconstruida, después del pavoroso incendio que en 1892 la asoló casi al completo. Entre los Ilustres sabaneños destaca Félix Rigau Carrera, que fue el primer puertorriqueño que voló en avión a motor, transportando correo y viajeros entre distintos puntos de la isla. Por ello se le conoce como El Águila de Sabana Grande.
A la plaza pública se asoman casas coloniales de un solo piso y balcones que le dan prestancia. En un rincón, una estatua representa a una anciana que teje un Petate. La señora Monserrate Montalvo , que aún vive y tiene 103 años, es una vecina de la ciudad y el Petate es un gran tradición artesanal en Sabana Grande. El petate es en realidad, una palma que crece en el área del cercano bosque Susúa y con sus ramas se confeccionan alfombras y carteras, entre otros productos; a los de Sabana Grande se les conoce con el simpático apelativo de los petateros. El Festival del Petate se celebra desde el año 1979 y es uno de los cuatro primeros festivales emblemáticos en Puerto Rico.
En otra esquina de la plaza se puede visitar el Museo Local, que alberga una excelente colección de fotografías y objetos sobre la historia de Sabana Grande. Y no muy lejos se sitúa la Logia Masónica, que se fundara en 1898. Fue la primera de la isla, y además mantiene un Cementerio masón, el único en el país, que se abrió en 1890, para enterrar a José Maria Cos, a quien las autoridades eclesiásticas prohibieron sepultar en camposanto católico.
El Santuario de la Virgen del Pozo
La mayor notoriedad de Sabana Grande proviene de las supuestas apariciones, que tuvieron lugar en 1953 en el Barrio Rincón de esta ciudad. Del 23 de abril al 25 de mayo de aquel año, la Virgen se apareció a diario, sobre un pozo, a tres humildes niños de este barrio sabaneño. Eran Juan Collado y sus hermanas Isidra y Ramonita, los tres entre los 7 y 9 años de edad. Les dijo “ No tengáis miedo, soy la Virgen del Rosario” y bendijo el agua del pozo diciendo” Todo el que tome de esta agua con fe, podrá sanarse”.
En apenas dos meses, la Virgen se apareció un total de 33 veces, vestida siempre con túnica blanca ceñida con cinturón y un manto de color azul cielo. Ciertamente estos detalles recuerdan muchísimo a las apariciones de Lourdes o Fátima. Desde entonces el agua de este pozo tiene fama de ser curativa, y son miles los testimonios de milagros, curaciones y gracias ocurridos en este privilegiado lugar. Se visita la Capilla, la Fuente de agua bendita y la Escuela anexa, donde estudiaban los niños testigos.
Cada año se celebra el aniversario de las apariciones de la Virgen del Pozo en este lugar, y aquí se reúnen miles de devotos. Este santuario, junto con el de Montserrate de Hormigueros, son los dos grandes lugares de peregrinación religiosa de Puerto Rico.
HORMIGUEROS
A tan solo 20 Km de Sabana Grande, se halla la villa de Hormigueros, que nació al calor de unas apariciones de la Virgen de Monserrate, hacia el año 1600. Con la llegada de peregrinos comenzó el asentamiento de gentes, y como tal nació el pueblo que tiene por tanto una antigüedad de cuatro siglos, aunque como municipio, no se constituyó hasta 1874. Hoy, con 17.000 habitantes, es una población acogedora que se siente orgullosa de su basílica que es, desde 1720, el Santuario Nacional de la isla de Puerto Rico.
La entrada del pueblo nos recibe con la casa familiar Márquez, bella mansión colonial, de blanca fachada y con un largo balcón corredor. Su propietaria actual nos la enseña con mucho cariño. Frente a esta casa, nace la calle que lleva a la joya del lugar, el Santuario de Nª. Sª. de Monserrate.
El templo se levanta airoso sobre una colina, a cuya cima se accede por medio de una empinada escalinata . Este santuario es una Basílica menor que depende directamente de la Santa Sede, y que dio origen al pueblo y a su propio nombre.
Reza la leyenda que, siendo tal el gran número de peregrinos que desde todos los rincones de la isla acudían a Monserrate, pareciera desde lo alto de la colina, un “hormiguero” humano de gentes que incesantemente subían y bajaban el cerro donde se levantaba, en tiempos, una pequeña ermita de adobe. Posteriormente ésta se convirtió en iglesia, santuario mariano y más tarde en basílica, y el lugar innominado, en Hormigueros.
Dos fueron los milagros que allí acontecieron y aunque ya muy lejanos en el tiempo, el fervor de los puertorriqueños no ha decaído y sigue siendo un lugar de devoción nacional. La Virgen de Monserrate es una talla de madera del siglo XVIII, por eso es que va vestida con telas de tradición española, y preside un altar al que se han incorporado los exvotos dejados por los peregrinos. Casi todos ellos representan la parte del cuerpo que pedían sanar; bastantes en cera, algunos en oro y la mayoría en plata, que se fundieron para formar al altar.
En la pila bautismal de esta Basílica de Monserrate fue bautizado en 1842 – cuando ya tenía 13 años – Segundo Ruiz Belvis, el prócer orgullo de Hormigueros que, en aquel mismo lugar, concedió décadas más tarde, la libertad a sus esclavos, comenzando así el proceso irreversible de la Abolición Esclavista en Puerto Rico.
Nos despedimos de Hormigueros con una merienda – cena, animada con un espléndido concierto de música puertorriqueña, ofrecida por el municipio en el Polideportivo Bobby Cruz. Desde allí iniciamos nuestra última etapa del día.
CABO ROJO y PUERTO BOQUERON
A tan solo 10 Km de Hormigueros, llegamos a Cabo Rojo, cuando ya atardecía sobre el Caribe. Fuimos amablemente recibidos por su Alcalde, el Honorable Roberto ( Bobby) J. Ramírez Kurtz, y el delegado de turismo municipal. En el Parador Boquemar, nos dieron magnifica información de la ciudad. Cabo Rojo fue en el pasado un “ lugar favorito de Piratas “ y hoy es famoso por sus Playas y Gastronomía.
Cuenta Cabo Rojo con 50.000 habitantes, y ofrece al turismo una docena de playas de arena fina y blanca, rodeadas de cocoteros y asomadas al tranquilo Mar Caribe, como Playa Buque, Playa Combate, Playa Sucia y sobre todo Playa Boquerón.
Muy cerca se encuentra el Faro de Morrillos, construido por los españoles en 1882 y que aún se mantiene en servicio. Se levanta sobre un promontorio de tonos rojizos, de ahí le viene el nombre – Cabo Rojo – a la zona costera. Las Salinas y Laguna Joyuda completan un litoral muy especial que recibe miles de turistas cada año.
Tuvimos también ocasión de conocer el Museo de los Próceres, muy interesante, acompañados por su Directora. Se exhiben aquí desde curiosas piezas de arte precolombino local, hasta dibujos y esculturas en recuerdo de Ramón Betances (1827 – 1898) , padre de la Patria y abolicionista ( en cuya casa natal se ubicó en 1906 la Logia Masónica de la ciudad ); hay también referencias al Pirata ó Corsario Roberto Cofresí (1791- 1825) y exhibiciones de pintura y escultura actual, obra de artistas locales. Una joya de museo.
Al salir de la exposición, ya casi de noche, diluviaba sobre Cabo Rojo, lo que nos impidió pasear por el centro histórico.
HISTORIA, COSTA Y BAHIA
Nuestro último día en el oeste puertorriqueño se dedicó a dos lugares bien distintos y a cual más interesante : cultura y naturaleza a tope.
SAN GERMAN
San Germán es una preciosa ciudad histórica, ubicada en los aledaños de Sabana Grande, Hormigueros y Cabo Rojo, justamente en el centro geográfico de estas tres localidades. A 25 Km al S. de Mayagüez, por la PR-2. Arte, cultura y tradición.
Debido a las cuestas y la estrechez de algunas calles, el grupo hizo la visita en un clásico autobús escolar de color amarillo, típicamente norteamericano. La zona histórica de San Germán tiene documentados 30 lugares de interés, entre casonas, ermitas, puentes, museos, iglesias, edificios oficiales, etc. Es impresionante la concentración de elementos arquitectónicos de interés, de diversos estilos y épocas, que existe aquí. Daría para verla durante un día entero. Como solo teníamos una mañana el recorrido fue selectivo.
Comenzamos por la Casa-museo Aurelio Tió, donde se ubica el Rectorado de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto ( Campus ) de San Germán. Antigua casa solariega de la familia Tió, aun conserva – en la planta alta – el Museo de la Familia Tió con buenos muebles y decorados de valor. En la planta baja está la Biblioteca que sirve como Centro de Investigación Internacional para alumnos e intelectuales. Se completa con una interesante Galería de Fotografías de época, y la gran Colección de Documentos Históricos.
El siguiente punto de visita era la Capilla de Porta Coeli, construida en 1606 como Convento de Padres Dominicos. Aquí establecieron el primer centro de enseñanza al oeste de la isla, bajo el nombre de Santo Domingo de Porta Coeli. Es posiblemente el mayor tesoro de la ciudad, por ser uno de los primeros ejemplares de iglesia en estilo gótico tardío en Latinoamérica. Porta Coeli constituye un patrimonio muy importante que atrae miles de turistas locales e internacionales. El templo se ubica además en pleno centro histórico de San Germán, declarado como «Distrito Histórico» por el Registro Nacional de Lugares Históricos. Por su valor y ubicación ha sido convertido, desde 1960, en Museo de Arte Religioso, siendo un centro educativo de Imaginería Policromada de los siglos XVI al XIX. El interior conserva las vigas de madera originales y un retablo sin policromar.
Aun visitaríamos otro Museo de Serigrafías y Arte religioso en la Casa y Estudio de Alfredo Ramírez de Arellano . Elegante mansión de 1903, con patio interior y dos plantas.
El almuerzo, ofrecido por la Municipalidad, tuvo lugar en una bonita Cantina, en pleno Paseo de Santo Domingo, en el Distrito Histórico. El honorable alcalde Isidro Negrón Irizarry, que por cierto celebraba ese día su cumpleaños, presentó a los postres, el ambicioso proyecto de Parque Acuático de San Germán .
Continuamos camino hacia el sur. Aun nos faltaba de ver una naturaleza de primera categoría: los Manglares
LAS LAJAS Y LA PARGUERA
A las 14 horas llegamos al municipio de Las Lajas , “ciudad cardenalicia”, nombrada así en honor de D. Luis Aponte Martinez, quien fue Arzobispo de San Juan y único puertorriqueño en recibir el honor del capelo cardenalicio en 1973. La ciudad fue fundada en 1824 como barrio de San Germán, y más tarde desanexionada, cuando se levanta la iglesia y el cementerio.
Para nosotros el interés de este municipio estaba en las orillas del Mar Caribe. En La Parguera, la Oficina de Turismo se volcó con el grupo. Unas guapas azafatas guía, vestidas de rojo, nos acompañaron a la excursión marítima que nos esperaba y que iniciamos desde el pequeño puerto de La Parquera. Es este un sitio muy concurrido por cientos de turistas los fines de semana. En un amplio Paseo Peatonal diversos kioscos venden desde artesanía a comida. Y justo detrás se embarca en un “ Glass Bottom Boat “; un catamarán con fondo de cristal para disfrutar de un precioso paseo marino hasta una isla próxima.
Los canales de La Parguera están entre Manglares, de vez en cuando salpicados por casas de madera decoradas en vivos colores, cuyo porche se asoma al mar. Es un lugar delicioso que permite disfrutar de esta vegetación tropical que a mí me gusta especialmente. El Manglar es un ecosistema de bosque pantanoso que hunden sus raíces en agua del mar. Con la bajamar muestran las raíces aéreas y los crustáceos que habitan en su suelo. ( Ver : www.ponce.inter.edu/acad/cursos/ciencia/pages/manglares.htm ).
Dejando atrás los canales, nos acercamos hasta los pequeños islotes de Isla Caracoles y Matalagata, donde animan a los pasajeros a desembarcar. Realmente no hay mucho que ver en ese islote, pero las vistas paisajísticas y de los manglares son espléndidas. Regresamos a cenar en un restaurante del puerto, animados con música salsera.
La Bahía Bioluminiscente
Aquella noche disfrutamos del más hermoso espectáculo natural que ofrece esta zona de la isla. La Bahía Biolumniscente
Son las 10 de la noche y no hay luna pero…. hay un maravilloso cielo poblado de estrellas. El barco se desliza, navegando entre islas y manglares, hasta el centro mismo de la Bahía Bioluminiscente. Cabe disfrutar de las constelaciones que pueblan la bóveda celeste. El barco para su motores, se hace el silencio total, estamos situados en medio de la bahía….. De pronto, dos muchachos se lanzan en zambullida desde lo alto del barco. Al remover las aguas, surge de improviso, un bellísimo resplandor en torno a los nadadores, que dura lo que dura el movimiento de sus extremidades. Ver la luminiscencia fosforescente del agua de la laguna, en una noche sin luna en medio del silencio solamente roto por las zambullidas, es una experiencia impresionante e inolvidable.
El fenómeno de la luminiscencia se produce de forma irregular en las cálidas aguas tropicales de todo el mundo. Se origina en microorganismos dinoflagelados que resplandencen cuando se agita el agua. Puerto Rico, por suerte, es uno de los pocos lugares que tiene tres bahías bioluminiscentes bien conservadas. Las dos más importantes se encuentran en Fajardo y Vieques, lugares ambos en la costa este de la isla. La Parguera tiene una menor concentración de microorganismos, pero aún así este lugar sigue siendo uno de los que más turismo atrae en la costa del sur-oeste de Puerto Rico.
Aqui terminó nuestra visita a esta parte occidental de la isla de Puerto Rico, conocida como Porta del Sol. Al día siguiente celebrábamos nuestro Congreso en Mayagüez y después… al viejo San Juan. Os esperamos allí.