Exposición de pintura La Ruta de la Seda

Una colección única en el mundo, donde la pintura nace de la leyenda y la leyenda vive eterna en la pintura.

Todos los años, en el mes de enero, la agencia de viajes Byblostours de Bilbao, organiza una exposición con las mejores fotos que sus clientes ha captado durante sus viajes del año anterior. M. Ezzedine, Director General de la agencia, suele acompañar personalmente muchos de esos viajes, en los que participa una clientela selecta e incondicional, que le sigue por todo el mundo, pero principalmente por los países asiáticos y del Medio Oriente.

Este año 2012, la exposición ha dado un salto cualitativo, haciendo realidad un sueño de M. Ezzedine. La muestra ha estado compuesta por una serie espléndida de cuadros de su colección personal sobre la Ruta de la Seda; una colección con una historia muy especial.

Historia de una Colección

Todo comenzó cuando en un viaje a Uzbekistan Mohamed Ezzeddine conoció al pintor Alisher Kulov en el Museo Nacional de Historia de Tashkent, donde este genial artista estaba a cargo de la reorganización de este gran Museo, y de la restauración de los cuadros que Uzbekistan había heredado de la desaparecida Unión Soviética.

Aquel día Alisher invitó al profesor Mohamed Ezzeddine a su galería de arte para conocer su obra. Aquella galería guardaba fascinantes cuadros. Todos ellos encerraban la magia y el pulso de Oriente, la delicadeza en sus trazos daban la mano a la luminosidad y los colores únicos daban vida a las tierras de Oriente.

Al instante comprendió que aquel artista, aquel creador de sueños podría ayudarle a cumplir el gran sueño que él había perseguido. El anhelado sueño de Mohamed consistía en hacerse con una colección de cuadros que relatasen la historia de la Ruta de la Seda y reflejasen la belleza y grandeza de esta Ruta que durante siglos ha sido nexo cultural entre Oriente y Occidente.

Quería ver reflejadas en estas pinturas sus propias vivencias y experiencias cosechadas a lo largo de distintos viajes por la mítica Ruta de la Seda. Tras varias conversaciones, los dos hombres llegaron a un acuerdo mediante el cual Mohamed enviaría a Alisher, regularmente, un relato escrito por él, contando distintas historias de la Ruta de la Seda, en base al cual el segundo debería realizar un cuadro.

Cada historia poseía un contexto diferente con personajes típicos, que daban vida a las antiguas leyendas contadas y vividas a lo largo y ancho de la Ruta. La labor consistía en trasladar al pintor al lugar y al escenario adecuado, para que él mismo diera vida a las leyendas. Cuenta M. Ezzedine, entre otras cosas: “Para cada obra envié a Alisher muestras de telas, zapatos antiguos, fotografías de la época, etc. Para que las imágenes cobraran vida desde la veracidad más absoluta”.

Con toda la información aportada, Alisher remitía un boceto a carboncillo por mensajería al profesor Ezzeddine, sobre el cual éste realizaba una serie de observaciones o anotaciones que el pintor debía de tener en cuenta. Una vez terminada la obra Alisher la registraba en el ministerio de cultura de Uzbekistan y posteriormente la enviaba a España.

Pasados 10 años la colección estaba completa …. En los 37 cuadros se muestran elementos clave para entender la Ruta, como las largas caravanas de mercaderes, la ciudad de Samarkanda, las princesas de la corte Tang o los cuentacuentos que transmitían la cultura oral de pueblo en pueblo. Hoy ante nuestros ojos desfilan los personajes tal y como vivieron, vistieron y se expresaron. Llenos de emoción contemplamos los mercados, los caravansarai, los amigos al anochecer en el desierto, los mercaderes de caballos, los sabios, los artesanos… Todos ellos nos traen el recuerdo de una época legendaria de un momento histórico inigualable.

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