Una vez, mientras viajaba en la década de 1970, el albergue juvenil donde había planeado quedarme estaba lleno y el personal me dirigió a un convento cercano. Mientras caminaba hacia allí, me pregunté si me estaba inscribiendo en toques de queda draconianos, alojamiento espartano y misa al amanecer. Sin fondos para mucho más, estaba resignado. Pero no …